* Los Viajes Interestelares

COMO VIAJAR A ALFA CENTAURI


Ya sabemos que existe al menos un planeta en Alfa Centauri, la estrella más cercana al Sol. Y, teniendo en cuenta que en realidad Alfa Centauri es un sistema formado por tres estrellas, lo más probable es que existan muchos más. Desde que conocimos la noticia del descubrimiento, son muchos los que se preguntan cuánto tardaríamos en viajar hasta Alfa Centauri para ver el nuevo planeta con nuestros propios ojos. O mejor dicho, con los ojos de nuestros emisarios robóticos.

Me gustaría decir que es posible llevar a cabo una misión a la estrella más cercana con una duración de veinte o treinta años. Mucho tiempo, sí, pero inferior a la vida media de un ser humano. Me gustaría decirlo, pero estaría mintiendo. Lo siento, amigos, pero no hay atajos. El viaje interestelar es realmente difícil, una hazaña propia de especies realmente evolucionadas y no apta para pequeños simios agresivos con aires de grandeza. Ajo y agua. Aunque, pensándolo bien, quizás no esté todo perdido. Analicemos las opciones disponibles con más calma.



VIAJE EN EL HIPERESPACIO


El abismo del espacio interestelar

El objeto humano más veloz que hemos lanzado fuera del Sistema Solar es la Voyager 1. Esta venerable sonda se aleja del Sol a una velocidad de 17,4 km/s, o sea, unos 540 millones de kilómetros al año. Pero Alfa Centauri está a 4,37 años luz -o 272 000 unidades astronómicas (UA)-, una cifra que se reduce a 4,24 años luz en el caso de la pequeña Próxima Centauri. A esta velocidad, la Voyager 1 tardaría unos 76000 años en llegar a Alfa Centauri, suponiendo que viajase hacia ella (que no lo hace). Huelga decir que la Voyager no es un vehículo interestelar muy adecuado.

La luna Pandora de la película Avatar giraba alrededor de Polífemo, un mundo en órbita de Alfa Centauri A. Aún no sabemos si hay mundos habitables en Alfa Centauri, pero la presencia de planetas de más de 10 masas terrestres parece descartada.

Con la tecnología disponible sería posible enviar una nave fuera del Sistema Solar cinco o diez veces más rápida que la Voyager 1. Las propuestas serias de la NASA para construir sondas ‘interestelares’ capaces de estudiar la Nube de Oort o la heliopausa prevén alcanzar una distancia de 150 000 millones de kilómetros en quince o treinta años. Bueno, parece que vamos progresando… hasta que nos damos cuenta que esa distancia no llega al 2% de un año luz. Seguimos igual que al principio.



NAVE INTERESTELAR ENTERPRISE


Para llegar a Alfa Centauri dentro de un tiempo aceptable, las velocidades que tenemos que alcanzar deben superar los diez mil kilómetros por segundo. A esa velocidad llegaríamos en 130 años, lo que puede suponer algún engorro que otro teniendo en cuenta la mala costumbre que tenemos la mayoría de seres humanos de morirnos antes de los cien años. Si viajamos a 25 000 km/s, el tiempo de vuelo se reduce a 50 años. Medio siglo no está nada mal para un viaje interestelar, por lo que ésta debería ser la velocidad que debemos proponernos alcanzar, todo un reto si recordamos que la Voyager 1 se mueve a menos de 18 km/s.

Está claro que no nos queda más remedio que usar sistemas de propulsión distintos a los habituales, así que mejor nos vamos olvidando de la propulsión química convencional empleada por los cohetes corrientes. ¿Por qué? Pues porque si queremos alcanzar el 1% de la velocidad de la luz (3000 km/s) usando cohetes químicos convencionales necesitaríamos 1026 kg de combustible por cada kg de masa de la nave. O sea, muestra nave terminaría por tener cien veces la masa de la Tierra.



ESPACIONAVE DE IMPULSO CUANTICO


Propulsión iónica y nuclear térmica

La propulsión eléctrica -iónica o de plasma- se usa actualmente en varias naves espaciales y permite alcanzar un impulso específico -eficiencia- de varios miles de segundos. La propulsión térmica nuclear le sigue un poco más atrás. Estos sistemas de propulsión no están nada mal para viajar por el Sistema Solar, pero tardaríamos 40 000 años en llegar a Alfa Centauri. No, mejor descartamos estas opciones.

Vamos a suponer que, a pesar de las quejas de muchos críticos, el VASIMR del ex astronauta Franklin Chang Díaz es viable. En ese caso, una nave con VASIMR tardaría ‘solamente’ 2200 años en llegar a Alfa Centauri. ¿Que es mucho? Vale, también descartamos este sistema.



NAVE INTERESTELAR DE FUSION


Propulsión nuclear por pulsos

Popularizado por el Proyecto Orión de los años 60, este sistema parece una locura, pero lo cierto es que las tecnologías asociadas ya han sido probadas. Una nave nuclear por pulsos se mueve detonando artefactos nucleares a poca distancia del vehículo. La onda expansiva es absorbida por una placa especial con amortiguadores, la cual transfiere parte de la energía a la nave de tal forma que ésta acelera de forma constante. Orión era un vehículo muy prometedor para viajar por el Sistema Solar, pero para trayectos interestelares este sistema no resulta tan atractivo.

Para empezar, habría que usar cerca de 300 000 artefactos de fusión -y no de fisión como en la versión interplanetaria-, lo que muy posiblemente supere nuestras posibilidades tecnológicas. 



NAVE ESPACIAL IONICA


Una Orión interestelar tripulada debería tener una masa del orden de 400 000 toneladas (!) y una placa de cien metros de diámetro. E incluso con estas monstruosas dimensiones tardaría unos 150 años en llegar a Alfa Centauri. No está mal para una nave generacional, pero no parece ser lo más adecuado para una misión de reconocimiento automática. Aún así, es un sistema a tener en cuenta si lo unimos a otras formas de propulsión.


Artículo Original de Daniel Marin publicado en "Eureka" (eureka.com)